• Desarrollo social en la infancia

    Desarrollo Social (Prior, 1.992). El desarrollo social del niño se basa inicialmente en la relación madre-hijo. Si es positiva, las relaciones posteriores serán adecuadas, pero si la relación es negativa, a no ser que se compense por un “sustituto adecuado” (tía, abuela, etc.), las otras relaciones serán diferentes, y no siempre adecuadas.
    El lactante está inmerso en una red social. Sus necesidades sociales influyen sobre el procesamiento sensorial, lo que le permite discriminar mejor entre las voces (estímulos sociales) que entre los ruidos ambientales (estímulos no sociales). Los primeros logros comienzan con la formación del vínculo madre-hijo, que expresa el sentimiento que experimenta por el niño la madre, mediante caricias, palabras, etc. El apego se establece poco después, y expresa el sentimiento del niño por la madre o persona que lo cuida, mediante miradas, gorjeo, gestos, etc. Estas relaciones sociales se manifiestan por la evolución de la sonrisa, en la cual el nivel de estímulo requerido para provocar la reciprocidad va disminuyendo. Al principio el niño necesita que el adulto le hable y sonría; después basta con una sonrisa; cuando se desarrolla el apego, la visión de la persona provoca la risa. El niño discrimina y sonríe a caras familiares y no sonríe a caras no familiares. Al adquirir el concepto de causalidad sonríe para manipular el ambiente y satisfacer sus necesidades. Posteriormente se establece otras relaciones sociales pero para ello el lactante debe tener el concepto de sí mismo frente a los demás. Luego debe saber colocarse en lugar del otro, es decir debe demostrar “empatía”. La empatía es fundamental para establecer una relación. Por último, debe ser capaz de compartir, lo que es esencial para mantener la relación. Aproximadamente cuando el niño puede expresar sus emociones, a través del lenguaje, comienza a pensar sobre las interacciones sociales. Comienza a mostrar pensamientos reflexivos, es decir, comienza a pensar como se comportan los demás con él y como se comporta él con los demás. El temperamento, o manera de responder y comportarse emocionalmente ante situaciones diversas, modela y condiciona las relaciones sociales. El temperamento viene determinado por factores genéticos pero se modifica, más o menos, por factores ambientales de la familia y el entorno. A partir de los 3 años el comportamiento en la escuela y en los juegos es un buen marcador de las relaciones sociales.
    BIBLIOGRAFÍA


    PRIOR M. (1.992): Childhood temperament. J Child Psychol Psychiatr. 33:249-279