Desarrollo visual en la infancia
El recién nacido presenta una inmadurez a nivel tanto ocular como neurológico, con una función visual pobre, que se irá desarrollando en los primeros años de vida. Precisa para ello de estímulos adecuados, como es una imagen retiniana clara. Si no dispone de los estímulos adecuados se produce una falta de desarrollo y atrofia de componentes neurales implicados en la función visual (cuerpo geniculado lateral y córtex visual). La expresión clínica de este fenómeno es la ambliopía.
Los procesos que afectan a los medios ópticos del ojo durante el periodo de desarrollo visual, (opacidades corneales, cataratas y grandes defectos refractivos), producen ambliopía en función de su precocidad y severidad.
El desarrollo sensorial visual y el motor ocular, están estrechamente interrelacionados. Alteraciones sensoriales pueden provocar la aparición de alteraciones motoras como, estrabismo y/o nistagmo. De manera inversa, la existencia de un nistagmo o estrabismo pueden provocar una ambliopía.
Los primeros meses de vida son de especial importancia en el desarrollo visual.
- A los 2 meses se suele desarrollar la fijación y al 2 y medio - 3 meses, el seguimiento suave. La ausencia de fijación y seguimiento más allá de estas cifras se considerara sospechosa y a partir de los 5 -6 meses patológica. La culminación del desarrollo de la agudeza visual es variable de unos niños a otros, por lo general entre los 2 y 3 años, pero puede retrasarse hasta los 6 años. El periodo de riesgo de desarrollo de ambliopía suele durar hasta los 7 años, aunque en ocasiones es más prolongado.