• Diagnóstico y pronóstico de los tics en la infancia

    • DIAGNÓSTICO

    El diagnóstico de los trastornos por tics es clínico, no estando justificado en la gran mayoría de los casos practicar exámenes complementarios. Aunque el diagnóstico del trastorno por tics no suele presentar complicaciones, pueden surgir dificultades cuando las manifestaciones son atípicas o se asocia a otras manifestaciones neurológicas tales como distonía, corea o espasticidad.
    En ocasiones puede ser preciso efectuar un diagnóstico diferencial con otros movimientos anormales como corea, mioclonías o distonía así como trastornos del movimiento inducidos por medicamentos, cuadros de hiperactividad o epilepsia (crisis parciales motoras o mioclonías). En ocasiones los tics complejos pueden ser difíciles de diferenciar de las estereotipias, más aún cuando aparecen en niños con déficits cognitivos o del neurodesarrollo.
    La urgencia premonitoria presente en los tics, su control voluntario y la capacidad de  reproducir el movimiento voluntariamente son claves en el diagnóstico diferencial.
    Además del movimiento en sí debe valorarse la evolución temporal, la afectación funcional (los tics no causan trastorno funcional) y valorar cómo los vive el paciente.
    Se ha de sospechar que los tics son secundarios cuando comienzan en la edad adulta o se asocia a otras manifestaciones neurológicas tales como distonía, corea o espasticidad.

    • TRASTORNOS COMÓRBIDOS

    Frecuentemente los trastornos por tics se asocian a otros trastornos comórbidos que pueden tener peores consecuencias que los tics. Desde la descripción del TGT se destacó la importancia de los trastornos neuropsiquiátricos asociados, que incluyen los rasgos obsesivo-compulsivos, ansiedad,  trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la importancia clínica de dichos trastornos.
    Los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) se dan, aproximadamente, en la mitad de los pacientes con TGT. Estos consisten en rituales complejos, obsesión acerca de la limpieza, necesidad de tocar objetos, pensamientos repetitivos, temor a contaminación, conductas para buscar simetría, etc. Las conductas obsesivas-compulsivas se denominan trastorno obsesivo-compulsivo cuando dichas acciones interfieren con la actividad normal, llevan más de una hora al día y tienen impacto sobre la vida familiar y social. Suelen comenzar años después de comenzar los tics, generalmente sobre la adolescencia.
    También es muy frecuente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con una prevalencia del 50% (21-90%) y suele preceder en 2-3 años a la aparición de los tics.
    Los trastornos de ansiedad generalizada y depresivos son también más frecuentes que en la población general. También se ha reportado un incremento de trastornos del sueño (dificultad para conciliar el sueño, parasomnias, sueño poco reparador, despertares nocturnos).
    Otros trastornos presentes en el TGT son el trastorno oposicionista-desafiante, conductas disociales, agresividad y trastornos de personalidad.
    Todo ello puede contribuir a disminuir el rendimiento escolar aun estando el nivel de inteligencia dentro de los límites de la normalidad.

    • PRONÓSTICO

    A pesar de el TGT fue propuesto originalmente como un trastorno crónico, su curso puede ser muy variable. La mayoría de los pacientes tienen una remisión espontánea o marcada mejoría en el tiempo. La máxima severidad de los tics tiende a ser entre los de 8 y 12 años, mientras que  la mayoría de los estudios muestran una disminución de los síntomas durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. Un 20% de los pacientes no experimentan dicha mejoría y, de éstos, algunos pacientes sufren un empeoramiento de los síntomas.
    La presencia de trastornos comórbidos neuropsiquiátricos tiene un impacto significativo en el grado de discapacidad y en la calidad de vida.

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