• Funciones motoras en el desarrollo psicomotor del niño

    Funciones Motoras
    Abarca una serie de aspectos estáticos y dinámicos que están presentes desde el nacimiento. Aspectos estáticos, las posturas, aspectos dinámicos, los desplazamientos o movimientos. No hay movimiento sin postura previa o final y no hay postura sin movimientos que le preceda o le siga y sin el soporte tónico para mantenerla. A ello hay que unir la calidad y precisión del movimiento. Se distingue una motilidad o motricidad grosera o gruesa y una motilidad o motricidad fina. La primera comprende los movimientos amplios corporales o de segmentos, el tono que los soporta, la coordinación para llevarlos a cabo, las posturas que adquieren, etc. La segunda, los movimientos de precisión que se realizan con los segmentos distales de extremidades preferentemente las superiores. Ambas motricidades están imbricadas, ambas participan en la vida diaria. Por ello vamos a tratar la evolución de los aspectos individuales de las funciones motoras.


    • 1. Motilidad. Se explora la motilidad espontánea y provocada.


      La motilidad espontánea se estudia global y segmentariamente. Globalmente el recién nacido y hasta la sexta semana presenta una actividad en masa anárquica, explosiva e inadaptada, habitualmente simétrica, que parece responder a estímulos propioceptivos, acompañándose frecuentemente de gritos. La actividad segmentaria se estudia en miembros superiores e inferiores, cabeza y tronco. Suele ser bilateral y asimétrica, rápida en tronco y raíces y lenta en extremidades, con movimientos de flexión, extensión, cruzamiento, abertura en abanico de los dedos, etc., etc. Se cree que este tipo de motilidad está gobernada por el pálido. Debe prestarse atención tanto a las modificaciones cuantitativas aumento o disminución como cualitativas; carácter excesivamente uniforme de algunos movimientos, o carácter excesivamente brusco, etc.
      La motilidad provocada se explorará tanto mediante estímulos externos (roce, pellizcamiento, pinzamiento, etc.) como mediante estímulos sensoriales, auditivos y posteriormente visuales, etc.
       Tanto en la motilidad espontánea como en la provocada tendremos especial cuidado para detectar las asimetrías hemicorporales.
    A partir de la sexta semana la motilidad se diferencia y se organiza en función de las aferencias exteriores evolucionando de inadaptada a adaptada, y de involuntaria a voluntaria, y así surgen las reacciones de orientación de la cabeza, primero hacia los estímulos acústicos y más tarde, sobre el segundo o tercer mes, hacia los estímulos visuales. En estas reacciones de orientación entran también en juego factores afectivos y cognitivos que se hacen cada vez más responsables de los movimientos voluntarios. Por último y a medida que se van liberando los diferentes segmentos corporales la motilidad va a evolucionar de grosera a fina. (Tabla II).


    • 2. Prensión. El recién nacido en vigilia mantiene las manos cerradas con el pulgar habitualmente enclaustrado. El estimulo producido en la palma con un objeto hace que la mano se aferre fuertemente a él. Esta maniobra que se denomina grasping, se describe entre los reflejos primarios.


     - A partir del primer mes comienzan a liberarse progresivamente los dedos, terminando por el pulgar, abriendo cada vez más las manos. Al tercer mes desplaza manos delante de los ojos y las contempla. A esta edad aprehende un objeto colocado en la palma pero no lo suelta aunque se le puede retirar con facilidad; es la prensión involuntaria. La voluntariedad o control cortical del acto motor consiste en la elección del objeto a coger o a la decisión de coger o no. El desarrollo de la motricidad fina está marcado por la evolución de la prensión.
    -  A los seis meses, integrados los reflejos arcaicos y con las extremidades superiores bajo el control cortical, el lactante está capacitado para iniciar la prensión voluntaria inicialmente con el borde interno de la palma o la palma de la mano y el pulgar. Se explora poniendo un muñeco u otro objeto pequeño al alcance de una y otra mano.
     - Con posterioridad, a medida que mejora el equilibrio en posición sentada, la prensión madura y entre los 6 y 8 meses, comienza a manipular objetos, es decir, a pasárselos de una mano a otra. La búsqueda de los objetos con las manos se hace mas precisa y estos son llevados a la boca, que tiene gran cantidad de receptores sensitivos para su exploración. Posteriormente, al mejorar las habilidades de asir y manipular, la exploración manual o bi-manual precisa reemplaza a la oral.
    - A los 10 meses ha conseguido una buena pinza digito-digital y coge objetos pequeños entre pulgar e índice. Durante el segundo año la forma de manipular objetos como útiles o herramientas (cubos, lápices, etc.) sirve para evaluar la psicomotricidad fina. Si esta progresa lentamente se dificulta el desarrollo cognitivo a través de la manipulación de objetos.


    • 3. Tono. El recién nacido presenta una discreta/moderada hipertonía flexora, con miembros superiores e inferiores “recogidos”, que va cediendo en sentido céfalo-caudal para desaparecer a los 6 meses, y dejar paso a una hipotonía discreta transitoria entre los 6 y 8 meses, instaurándose, posterior y progresivamente un tono normal. Se explora como en el adulto, la consistencia, pasividad, extensibilidad y postura adoptada (en libro abierto es característica de la hipotonía, cruzamiento de piernas en tijeras es característica de la diplejía espástica, etc.). La exploración de los ángulos es característica del primer año, entendiendo como ángulo el que adquiere cada articulación con los segmentos que la componen (ángulo del codo, del hueco poplíteo, etc.). Se explora tirando del segmento distal y soltando bruscamente (Amiel-Tison y Grenier, 1.980). Un ángulo muy cerrado es característico de la hipertonía y muy abierto de la hipotonía.