• Periodo prelingüistico del desarrollo del lenguaje

    Desarrollo del Lenguaje (Saussure, 1.965; Bouton, 1.976; Montilla, 1.995; Narbona y Chevrie-Muller, 1.977)
    El lenguaje es el medio de comunicación primordial del ser humano mediante el empleo de señales verbales o escritas previamente aceptadas por una comunidad y reconocidas por sus miembros (código). Para que el lenguaje tenga lugar es necesario una buena agudeza auditiva, el deseo de comunicarse, integridad anatomo-funcional de las estructuras oro-faringo-laringeas que modulan las palabras e integridad cerebral que conlleva una inteligencia capaz de formular un pensamiento válido junto a la capacidad de interpretar el mensaje auditivo, y el perfecto ensamblaje entre los diferentes centros o áreas especificas de asociación del lenguaje. (Tabla III). La maduración del sistema auditivo se realiza rápidamente en las vías pretalámicas y mas lentamente, hasta los 4-5 años, en el tracto tálamo-cortical implicados en la discriminación auditiva más compleja lo que justifica la lenta y progresiva adquisición del lenguaje en los primeros años. La corteza que controla la musculatura fonoarticulatoria, para la emisión del lenguaje, es de maduración más tardía que la de la mímica facial, como hemos expuesto anteriormente. Es decir, el desarrollo del lenguaje está en relación con la maduración del sistema neurosensorial y motor implicados, y con el desarrollo cognitivo, afectivo y social. El lenguaje abarca, como se ha visto anteriormente, capacidades receptivas, o capacidad de comprensión, que anteceden evolutivamente siempre, y capacidades expresivas, o capacidad de dar a conocer deseos, ideas o pensamientos. Estas dos capacidades están aparentemente presentes, con matices, desde el nacimiento y se van a hacer ostensibles claramente con posterioridad. La emisión de sonidos por el niño, que se inicia como un juego auditivo-verbal, pasa por diferentes fases hasta llegar al final del primer año, con la emisión de los primeros bisílabos propositivos a la toma de conciencia de que algunos sonidos tienen un significado. A partir de ahí se desarrolla el lenguaje, al principio con cierta lentitud, después con rapidez, para alcanzar la madurez hacia los 6-7 años. Esta secuencia cronológica de hechos es aproximadamente la misma en todos los niños con discretas variaciones en el ritmo de progreso. En el desarrollo del lenguaje se distinguen dos periodos bien definidos. Tabla IV.
    1. Per

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    iodo Prelingüístico

    . Abarca desde la emisión de gritos y sonidos por el neonato hasta el nacimiento de la “función semiótica”, o aptitud para  la simbolización con la emisión de las primeras palabras con valor referencial. Se distinguen 3 subetapas.


    • Precursores o Estadio de Vocalizaciones (RN-4/6 semanas). El lenguaje receptivo se caracteriza por la creciente capacidad para localizar sonidos, por ejemplo una campana, o la voz. También se pone de manifiesto por los diferentes comportamientos de la succión según el estímulo acústico aplicado con reducción o incremento de aquella si se mantiene o cambia el estímulo, o la capacidad para determinar el entorno afectivo por el volumen o la entonación del habla.


    El lenguaje expresivo se caracteriza por la emisión de gritos y, preferentemente, sonidos “casi vocálicos” de baja intensidad, en los que predominan las vocales cerradas que el bebe repite una y otra vez si el observador las reproduce. Estos sonidos presentan matices diferenciales según el estado de placer o displacer del niño, es decir tienen sentido prosódico.


    • Balbuceo no imitativo o gorjeo (4/6 semanas-5/6 meses). El lenguaje receptivo se caracteriza por adoptar actitudes de interacción con el medio; así, a  los 2-3 meses escucha atentamente al adulto que habla y,  cuando se calla este, vocaliza.  A los 4 meses gira la cabeza para localizar el origen del sonido.


    En los primeros meses de vida el niño se entretiene emitiendo sonidos que al ser escuchados por el mismo (juego auditivo-verbal) va a cerrar un circulo vicioso que va traer consigo el progresivo entrenamiento de la musculatura fonatoria. Estas emisiones se inician por vocales abiertas. Le siguen en los primeros meses de vida los sonidos bilabiales -ba,ba- después sonidos guturales, gargarismos, gruñidos, carraspeos -gr, gr, kra, kri- aumentando los ensayos fonéticos hasta constituir un verdadero stock de sonidos pero siempre con ciertos matices de entonación en los que cada entonación corresponde a un deseo.


    • Balbuceo imitativo o lalación (5/6 meses-10/12 meses). En el aspecto receptivo el lactante de 7-9 meses presta atención selectivamente a su nombre cuando es llamado; hacia los 9 meses comprende la palabra “no”, y hacia el año responde a consignas como “dámelo” cuando se le solicita un objeto.


    En esta etapa, de los sonidos previos emitidos por azar, comienza a seleccionar algunas emisiones fonéticas, mimetizando los fonemas de la lengua materna, emitiendo polisilábicos que consisten en la misma sílaba repetida continuamente como “mamamamama” “papapapa”, etc. Poco a poco comienza a modular progresivamente en función de lo que percibe, procedente de sí mismo (circuito auditivo-motor) y de su madre que le habla y le contesta. A los 9-10 meses, produce esporádicamente las expresiones “mama” o “papá” sin comprender el significado pero, a los 10-12 meses emite estas expresiones, provistas de mensaje afectivo, para designar a cada uno de los padres, abriéndose el periodo lingüístico.


    Bibliografía
    Bouton CR. (1.976): Le developpment du langage. Aspects normaux et pathologiques. Paris. Ed. Masson
    Montilla Bono J. (1.995): Lenguaje. Desarrollo normal y patológico. In Gomez M., Montilla J. y Nieto M.: Neurología y Neuropsicologia Pediatrica. 1305-1360. Jaén. Ed. Diputación.
    Narbona J., Chevrie-Muller (1.997): El lenguaje del niño. Desarrollo normal, evaluación y trastornos. Barcelona. Ed. Masson
    Saussure F. (1.965): Cours de linguistique generale. 3ª ed. Paris. Ed. Payot