• Tratamiento de la corea y atetosis en la infancia

    El tratamiento de la corea comprende por un lado el tratamiento de la enfermedad causal, siempre que sea posible y por otro el tratamiento sintomático. Para las formas de corea de etiología autoinmune los corticoides u otros tratamientos inmunomoduladores pueden ser útiles.
    A pesar de que la corea puede ser causa de discapacidad o puede ser un problema estético para el paciente en muchos casos éste no percibe la gravedad de su propia corea ni le causa limitación alguna, de hecho con frecuencia son los familiares quienes solicitan el tratamiento. El tratamiento sintomático debe usarse con moderación, en los casos en que la sintomatología lo requiera por interferir en las actividades habituales del paciente, dados los efectos secundarios de la medicación.
    Los fármacos antidopaminérgicos son la base del tratamiento sintomático de las coreas, con independencia de su causa. Como regla general, se puede decir que aquellos que bloquean predominantemente los receptores D2 tienen un mayor efecto anticoreico. Los neurolépticos típicos son útiles pero se asocian a una gran cantidad de efectos secundarios como sedación, distonía, discinesia tardía y parkinsonismo.
    Los neurolépticos atípicos, especialmente risperidona y olanzapina, tienen efecto anticoreico con menor tendencia a inducir parkinsonismo que los neurolépticos típicos.
    Una alternativa a los neurolépticos es la tetrabenazina, que inhibe la liberación presináptica de dopamina y bloquea los receptores postsinápticos, aunque presenta también efectos secundarios tales como somnolencia y depresión.
    Los fármacos antiepilépticos como el ácido valproico pueden ser útiles, posiblemente  mediante el aumento del GABA en el estriado.


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