• Tratamiento de la esclerosis tuberosa

    El tratamiento de la epilepsia en el CET es similar al que se emplea en la epilepsia de otras etiologías, siendo los fármacos antiepilépticos (FAEs) el principal tratamiento (Hanckock, Osborne; 1999). 
    La vigabatrina es el FAE que resulta más eficaz en el tratamiento de los espasmos infantiles en el CET y hoy en día se considera de elección. Se ha observado respuesta hasta en el 94%.  La respuesta es rápida, normalmente en 1 semana.  También se ha demostrado su eficacia para crisis parciales.  La dosis que se recomienda de inicio es 50mg/kg/día vía oral dividida en 2 dosis, y luego aumentar a 100mg/kg/día, si en 96 horas no se ha conseguido el control de las crisis se debe aumentar hasta 150mg/kg/día (Hanckock, Osborne; 1999).  Se puede aumentar hasta 200mg/kg /día (Thiele; 2004).
    La prednisona y ACTH se consideran de segunda elección para el tratamiento de los espasmos infantiles.  El ácido valproico y el topiramato pueden ser eficaces si se añaden al tratamiento con vigabratina en casos refractarios.  El nitrazepam y clonazepam se utilizan de rescate.  La lamotrigina puede disminuir las crisis en más del 50% (Franz et al; 2010).
    En los pacientes que son refractarios a todo tipo de tratamiento antiepiléptico es necesario evaluación de cirugía.  En algunos casos el foco epileptógeno coincide con un tuberoma cortical, en cuyo caso la resección del tuberoma podría resolver la epilepsia (Crino et al, 2006; Franz et al, 2010; Thiele; 2004).
    El estimulador del nervio vago es otra opción no farmacológica para el tratamiento de la epilepsia refractaria. Éste mostró reducción de crisis del 50% en más del 90% de los pacientes (Parain et al; 2001). 
    La dieta cetogénica es otra alternativa (Parain et al; 2001), actualmente se sugiere que la restricción exclusiva de carbohidratos puede producir beneficios igual que la clásica dieta cetogénica.  La restricción de carbohidratos además inhibe mTOR (Franz et al; 2010).
    Los inhibidores de la mTOR son un grupo farmacológico que se está empezando a utilizar en el tratamiento de CET. Hay distintos fármacos inhibidores de mTOR incluidos rapamicina (sirolimus), RAD001 (everolimus) y CCI-779 (temsirolimus), sólo tienen actividad frente al complejo mTOR 1(Franz et al; 2010).
    Los inhibidores de mTOR disminuyen el volumen de los angiomiolipomas renales, SEGAs y LAM esporádica (Curatolo et al, 2008; Franz et al, 2010; Grajkowska et al, 2010; Napolioni et al, 2008). Se ha observado que el volumen de AMLs vuelve a aumentar cuando se interrumpe la terapia con rapamicina (Curatolo et al; 2008).
    En los últimos años se están describiendo resultados positivos en el tratamiento de los SEGA con rapamicina, su efecto podría consistir en su capacidad para reducir el tamaño celular tumoral o por apoptosis. Los efectos colaterales consisten en úlceras aftosas, exantema acneiforme, diarrea y artralgias, así como una gran elevación del colesterol sérico y de las lipoproteínas (Pascual-Castroviejo et al; 2010).
    Se ha postulado el uso de inhibidores de mTOR podrían ser también útiles en el manejo de la epilepsia.  El glutamato aumenta la actividad de mTOR, esto afecta a la síntesis y densidad de los receptores de glutamato, a la morfología de las dendritas y a los canales dependientes de potasio. mTOR regula a largo plazo la excitación e inhibición sináptica, ambos procesos relacionados con la epileptogénesis (Franz et al; 2010).

     

    BIBLIOGRAFÍA
    Curatolo P, Bombardieri R, Jozwiak S.  (2008). Tuberous sclerosis. Lancet. 372: 657-668.
    Crino PB,  Nathanson KL, Henske EP. (2006). The Tuberous Sclerosis Complex. N Engl J Med. 355: 1345-1356.
    Franz DN, Bissler JJ, McCormack FX. (2010). Tuberous sclerosis complex: neurological, renal and pulmonary manifestations. Neuropediatrics 41: 199-208.
    Grajkowska W, Kotulska K, Jurkiewicz E, Matyja E. (2010). Brain lesions in tuberous sclerosis complex. Review.  Folia Neuropathol. 48: 139-149.
    Hanckock E, Osborne JP. (1999). Vigabatrin in the treatment of infantile spasms in tuberous sclerosis: literature review. J Child Neurol.  14: 71-74.
    Napolioni V, Curatolo P.  (2008). Genetics and molecular biology of Tuberous sclerosis complex.Current Genomic.  9: 475-487.
    Parain D, Peniello MJ, Berquen P et al.  (2001). Vagal nerve stimulation in tuberous sclerosis complex patients.  Pediatr Neurol. 25: 213-216.
    Pascual Castroviejo I, Pascual Pascual F, Hernández Moneo, Gutierrez Molina M, Morales C. (2010). Astrocitoma subependimario de células gigantes en el complejo de esclerosis tuberosa.  Presentación de ocho pacientes infantiles.  Neurología.  25: 314-321.
    Thiele EA.  (2004). Managing epilepsy in tuberous sclerosis complex. J Child Neurol. 19: 680-686.