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Fecha publicación: 25-11-2013
Autor: Adrian Garcia Ron

Las enfermedades neurodegenerativas son un conjunto de enfermedades que afectan al sistema nervioso central y/o periférico tanto en la edad adulta como en la infancia, con un comienzo insidioso pero un curso irremediablemente progresivo y sin remisiones. Se caracterizan por la muerte de neuronas en diferentes regiones del sistema nervioso con el consiguiente deterioro funcional de las partes afectadas. Tienen un enorme impacto en las vidas de los individuos afectados y sus familias, así como en el conjunto de la sociedad y en la actualidad no disponemos de tratamientos curativos.

Estas enfermedades son por tanto, el Talón de Aquiles de los profesionales que nos dedicamos a las neurociencias, puesto que tras superar el reto diagnóstico al que nos someten, no existe tratamiento etiológico y la mayoría de actuaciones terapéuticas de las que disponemos, son sintomáticas en algunos casos y paliativas en la mayoría. Esta situación nos lleva a la continua investigación de posibles tratamientos que intenten prevenir, retardar o paliar la aparición de la sintomatología.

El factor de crecimiento similar a la insulina (IGF1), es una hormona producida en múltiples órganos, incluido el cerebro, que actúa como estimulador del crecimiento y proliferación celular así como inhibidor de la muerte celular programada. A nivel terapéutico, la IGF-1, ha sido tradicionalmente utilizada en el tratamiento de la talla baja. Sin embargo ha demostrado en modelos animales un papel importante durante el desarrollo cerebral con una función neuromodulatoria en la neurogénesis y excitabilidad neuronal y como agente neuroprotector. Se desconoce su papel en el cerebro ya desarrollado, pero se ha visto tanto en modelos animales como humanos que podría ser eficaz en el tratamiento de varias enfermedades hereditarias neurodegenerativas causadas por expansión de tripletes CAG (enfermedades de la poliglutamina o poliQ) como algunas  ataxias espinocerebelosas (SCA) 1,2,3,6,7 y 13, el Enfermedad de Huntington, la atrofia muscular espinobulbar (SBMA o enfermedad de Kennedy), la atrofia dentatorrubropalidoluisiana (DRPLA), así como en otras ataxias cerebelosas, Ataxia de Friedreich., ataxia telangiectasia, esclerosis lateral amniotrófica (ELA), enfermedad de Alzheimer…etc
A partir de los estudios del grupo de Torres-Alemán en modelos murinos de ataxia de Friedreich en los que observa que el tratamiento con IGF-1 podría tener un papel importante en la regulación de los niveles de frataxina en las neuronas deficientes, y su uso clínico en pacientes adultos con ataxia espinocerebelosa realizados por el grupo español del Dr Arpa, decidimos probar tratamiento con IGF-1 como uso compasivo en una paciente de 13 años, diagnosticada de Ataxia de Friedreich  a los 9 años de vida en la cual el deterioro era cada vez más importante y condicionaba gran parte de las actividades de su vida diaria.  Iniciamos tratamiento con IGF-1 subcutánea a dosis 0,025 mcg/kg cada 12 horas como uso compasivo. Se realizó un seguimiento previo al tratamiento y posteriormente cada 3 meses en los que se evaluamos la eficacia mediante la escala de ataxia SARA y videofilmación de todos los apartados de la misma. En estos controles también monitorizamos los posibles efectos adversos, los perfiles glucemia capilar y niveles de IGF1 en sangre venosa. Al inicio del tratamiento tenía una puntuación de 15/40 en la escala SARA. En los siguientes controles se observa una mejoría clínica significativa y progresiva (6/40, 6/40, 4/40 y 3/40 a los 3, 6, 9 y 12 meses respectivamente) postratamiento. Respecto a los efectos adversos, no se registró ninguno. Perfil glucémico normal.

Podemos concluir que a pesar de ser un caso aislado, el tratamiento con IGF-1 produjo una mejoría inicial del cuadro clínico neurológico en nuestra paciente durante el primer año de tratamiento sin efectos adversos, lo cual podría añadirse a la lista de casos aislados en diversas patologías neurodegenerativas en las que se ha objetivado beneficios terapéuticos con mecasermina. Sin embargo, son necesarios más estudios a ser posible multicéntricos en los que agrupemos un número de pacientes suficientes para confirmar los resultados obtenidos y conocer qué se puede esperar del tratamiento a largo plazo en esta y otras enfermedades neurodegenerativas.

BIBLIOGRAFÍA:
- Arpa J, Sanz-Gallego I, Medina-Baez J, Portela LV, Jardim LB, Torres-Aleman I, et al: Subcutaneous insulin-like growth factor-1 treatment in spinocerebellar ataxias: an open label clinical trial. Mov Disord 2011;26:358–359.
- Beauverd M, Mitchell JD, Wokke JH, Borasio GD. Recombinant human insulin-like growth factor I (rhIGF-I) for the treatment of amyotrophic lateral sclerosis/motor neuron disease. Cochrane Database Syst Rev. 2012 Nov 14;11:CD002064. doi: 10.1002/14651858.CD002064.
- Franco C, Fernández S, Torres-Alemán. Frataxin deficiency unveils cell-context dependent actions of insulin-like growth factor I on neurons.Mol Neurodegener. 2012 5;7:51.
- Palazzolo, I., Stack, C., Kong, L., Musaro, A., Adachi, H., Katsuno, M., Sobue, G., Taylor, J.P., Sumner, C.J., Fischbeck, K.H., Pennuto, M., 2009. Overexpression of IGF-1 in muscle attenuates disease in a mouse model of spinal and bulbar muscular atrophy. Neuron 2009; 63:316–328.
- Torres Aleman I. Insulin-like growth factor-1 and central neurodegenerative diseases. Endocrinol Metab Clin North Am. 2012;41(2):395-408.

Fotografía tomada de: http://www.freedigitalphotos.net