• Introducción a la hipoacusia en la infancia

    La hipoacusia es la alteración sensorial más frecuente en el ser humano. Su déficit implica la aparición de repercusiones tanto personales, como sociales y económicas.
    La incidencia de la hipoacusia se sitúa en  5 de cada mil recién nacidos. Esta cifra se eleva del 1 al 3 por mil cuando nos referimos a hipoacusias de grado moderado a profundo, y al 1 por mil para las hipoacusias severas.
    La detección precoz de la hipoacusia es importante por lo siguiente:
    • Hasta el 90% de los niños sordos nacen en el seno de familias normooyentes.
    • El 80% de las hipoacusias infantiles permanentes ya están presentes al nacer.
    • El 60% de las hipoacusias infantiles son de origen genético.
    • Únicamente el 50% de los recién nacidos sordos presentan factores de riesgo para la hipoacusia.

    • Clasificación de  la hipoacusia infantil.

    Existen dos posibles clasificaciones en cuanto a momento de aparición y  grado de la hipoacusia.
    1 Según el momento de aparición:
    - Hipoacusia prelingual. Inicio de pérdida auditiva de 0 a  2 años, cuando aún no se ha desarrollado el lenguaje.
    -  Hipoacusia perilingual. Inicio de  pérdida de audición de 2 a 5 años.
    - Hipoacusia postlingual. La pérdida de audición se establece cuando ya existe un lenguaje consolidado.
    2 Clasificación de la hipoacusia según el grado (BIAP):

    • Hipoacusia leve 21-40 dB
    • Hipoacusia moderada

    1er grado 41-55dB
    2º grado 56-70 dB

    • Hipoacusia severa

    1er grado 71-80 dB
    2º grado 81-90 dB

    • Hipoacusia profunda

    1er grado 91-100 dB
    2º grado 101-110dB
    3er grado 111-120 dB

    • Repercusiones de la hipoacusia en los niños.

    Los cuatro primeros años de vida son críticos para el aprendizaje y desarrollo de lenguaje. La información auditiva en este período crítico es esencial para establecer las características morfológicas y funcionales definitivas de las áreas corticales del lenguaje y audición. Éstas no madurarán de forma adecuada si se mantiene la deprivación sensorial.

    • Factores de riesgo de hipoacusia infantil adaptados del JCIH 2007.

    1. Sospecha por parte del cuidador acerca de retrasos en el habla, desarrollo y audición anormal.
    2. Historia familiar de hipoacusia permanente en la infancia.
    3. Estancia en Cuidados Intensivos Neonatales durante más de 5 días, incluidos los reingresos en la Unidad dentro del primer mes de vida.
    4. Haber sido sometido a oxigenación por membrana extracorpórea, ventilación asistida, antibióticos ototóxicos, diuréticos del asa (furosemida). Hiperbilirrubinemia que precisó exanguinotransfusión.
    5. Infecciones intrauterinas grupo TORCHS (citomegalovirus, herpes, rubeola, sífilis y toxoplasmosis).
    6. Anomalías craneofaciales incluyendo las del pabellón auricular, conducto auditivo, apéndices o fositas preauriculares, labio leporino o paladar hendido y anomalías del hueso temporal y asimetría o hipoplasia de las estructuras faciales.
    7. Hallazgos físicos relacionados con síndromes asociados a perdida auditiva neurosensorial o de conducción como un mechón de pelo blanco, heterocromía del iris, hipertelorismo, telecantus o pigmentación anormal de la piel.
    8. Síndromes asociados con perdida auditiva o pérdida auditiva progresiva o de comienzo tardío como neurofibromatosis, osteopetrosis y los síndromes de Usher, Waardenburg, Alport, Pendred, Jervell and Lange-Nielsen entre otros.
    9. Enfermedades neurodegenerativas como el síndrome de Hunter y neuropatías sensorio-motrices como la ataxia de Friedrich y el síndrome de Charcot-Marie-Tooth.
    10. Infecciones postnatales con cultivos positivos asociadas a perdida auditiva incluyendo las meningitis víricas (especialmente varicela y herpes) y bacterianas (especialmente Hib y neumocócica).
    11. Traumatismo craneoencefálico, especialmente fracturas del hueso temporal y base de cráneo que requiera hospitalización.

    12. Quimioterapia.
    13. Enfermedades endocrinas. Hipotiroidismo.

    • Criterios de derivación al especialista en Otorrinolaringología.

    1 Son los padres de los niños quienes directamente observan la evolución de sus hijos. Por ello debemos escucharles y ante su sospecha derivar para estudio de audición.
    2 La presencia de solo uno de los factores de riesgo para el desarrollo de hipoacusia ha de ser motivo de estudio especializado.

    3 La ausencia de un desarrollo acorde con la edad del niño, tanto en el área del lenguaje como en otras como la motriz, etc, también requerirá un estudio ampliado por el otorrinolaringólogo.

    BIBLIOGRAFÍA.

    1. Libro Blanco Sobre Hipoacusia. Detección precoz de la hipoacusia en recién nacidos. CODEPEH y Ministerio de Sanidad y Consumo, 2003.
    2. Morera Pérez C., Marco Algarra J. Hipoacusias infantiles: detección, diagnóstico y tratamiento.  En: Lecciones de Otorrinolaringología aplicada, tomo II. Editorial Glosa.
    3. Perelló Scherdel E., Salesa Batlle E., Pumarola Segura F. Audiometría Infantil. En: Salesa E., Perelló E., Bonavida A. Tratado de Audiología. Barcelona: Masson S.A., ISBN: 84-458-1554-7, 2005.
    4. Portillo Corado F. Descripción y Funcionamiento del Implante Coclear. En: Manrique Rodríguez M., Huarte Irujo A. Implantes Cocleares. Barcelona: Masson S.A. ISBN: 84-458-1149-5, 2002.
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