• Diagnóstico y tratamiento de esterotipias y manierismos en la infancia

    DIAGNÓSTICO
    En el diagnóstico de las estereotipias no suele ser necesario realizar exámenes complementarios, siendo fundamental realizar una anamnesis completa, recogiendo los antecedentes familiares (fundamentalmente trastornos neuropsiquiátricos y movimientos anormales) y personales (perinatales, desarrollo psicomotor), realizar un exploración física y neurológica completas, evaluando el desarrollo psicomotor, así como caracterizar la estereotipia.  Hay que reconocer el tipo de estereotipia, la edad de inicio, frecuencia y duración de los episodios, factores desencadenantes (sueño, estrés, ansiedad, excitación, aburrimiento, etc.), la interferencia con las actividades diarias, la existencia de sensaciones anormales que preceden o acompañan el movimiento anormal (importante en el diagnóstico diferencial con los tics) y la respuesta a estímulos sensoriales o distracciones.
    Las estereotipias motoras deben diferenciarse fundamentalmente de los tics complejos, las compulsiones que presentan pacientes con trastorno  obsesivo-compulsivo y de las crisis epilépticas con automatismos.
    - Tics motores complejos: son movimientos rápidos, que implican o bien un conjunto de tics motores simples o bien una secuencia coordinada de movimientos. Tienen varias características en común con las estereotipias;  por ejemplo, son a menudo repetitivos, intermitentes y pueden ser desencadenados por la excitación.  Otras características, sin embargo, son útiles para distinguir las dos entidades, tales como la urgencia premonitoria (tics), las características del movimiento, la duración, su supresión mediante la distracción (estereotipias) o conscientemente (tics). Los tics comórbidos no son infrecuentes en los pacientes con estereotipias.
    - Manierismos: son gestos que se unen a una actividad normal, que tienden a ser únicos para el individuo, pueden ser repetitivos, no aparecen en racimos, son de breve duración, y son menos complejos que las estereotipias.
    - Las compulsiones son también movimientos repetitivos y coordinados (por ejemplo, lavarse las manos). La diferencia fundamental con las estereotipias complejas radica en  que se trata de conductas dirigidas a disminuir el malestar o la ansiedad causados por un pensamiento obsesivo. Las compulsiones se asocian a menudo con pensamientos obsesivos que se entrometen en la conciencia y por lo general se viven como sin sentido o extraños.
    - Algunas crisis epilépticas parciales complejas pueden producir automatismos que pueden asemejarse a estereotipias. A diferencia de las estereotipias no pueden interrumpirse por la distracción y hay afectación del nivel de conciencia.

    TRATAMIENTO
    En la actualidad no hay ningún estudio que haya evaluado de forma sistemática la eficacia de ningún tratamiento en la supresión de las estereotipias.
    Numerosos fármacos, así como tratamientos conductuales, se han utilizado con un éxito variable, en series cortas o casos clínicos aislados.
    En la mayoría de las estereotipias primarias no es preciso el tratamiento farmacológico, siendo suficiente con informar a la familia sobre la benignidad de éstas y su pronóstico.
    En el tratamiento de los niños con estereotipias es importante valorar los posibles trastornos comórbidos asociados, dada la alta frecuencia de trastornos neuropsiquiátricos asociados (fundamentalmente trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad o tics) que pueden precisar tratamiento específico.
    En un pequeño grupo de niños no autistas, la combinación de dos técnicas de modificación de conducta, la inversión del hábito y el reforzamiento diferencial
    de otros comportamientos (mediante las cuales el paciente aprende a inhibir la conducta anómala y sustituirla por otra conducta con la cual es incompatible)  se ha mostrado beneficioso en la reducción de estereotipias motoras.
    Entre los fármacos que se han recomendado en el tratamiento de las estereotipias (generalmente en niños autistas) se encuentran las benzodiacepinas (clonazepam), agonistas alfa adrenérgicos (clonidina), antagonistas opiáceos (naltrexona), bloqueantes, antiepilépticos (valproico, carbamacepina), antipsicóticos, tetrabenacina, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, etc.
    En general no se recomienda el uso de neurolépticos por los efectos secundarios a largo plazo (discinesias tardías).

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