• Exploración del II par craneal o nervio óptico en la infancia

    II Par Craneal o Nervio Óptico
    El nervio óptico representa embriológicamente una expansión macroscópica aislada de la vesícula telencefálica. La retina es una estructura laminada que contiene las células fotorreceptoras, o conos y bastones, las neuronas constituidas por las células bipolares y las células ganglionares, y la glia. Los estímulos recibidos por los fotorreceptores pasan a las células bipolares y de estas a las ganglionares. Los axones de las neuronas ganglionares de la retina, que elaboran la información visual, forman el nervio óptico; los axones que parten de la mitad nasal de cada retina atraviesan la línea media en el quiasma y se unen a los axones de la mitad temporal de la retina del lado opuesto, formando la cintilla óptica que se dirige, la mayoría de las fibras, hacia el cuerpo geniculado externo, hacen sinapsis, y terminan en la corteza visual del lóbulo occipital a ambos lados de la cisura calcarina; algunas fibras hacen sinapsis en el tubérculo cuadrigémino anterior, a continuación en el núcleo pulvinar del tálamo, cuyas neuronas envían sus axones a la corteza occipital visual (área 17). Es el encargado de la visión. Su exploración es más compleja y comprende la evaluación de la agudeza visual, el estudio de fondo de ojos y la campimetría.


    • Agudeza visual. El niño al mes mira a un objeto o, preferentemente, el rostro humano, que es más atractivo, situado al frente a unos 20 cm. de distancia. A los 2 o 3 meses sigue con la vista (persecución ocular) un objeto, la mano del explorador o el rostro que se desplaza delante de los ojos. En el niño mayorcito la agudeza visual se observa a “grosso modo” enseñándole al niño láminas o juguetes pequeños y solicitándole que los identifique, o, si tiene edad y capacidad, haciéndole leer un cuento, o mediante carteles con letras o figuras geométricas ordenadas de mayor a menor. Para la visión lejana se emplean las escalas de Snellen, con letras y dibujos, colocadas a 6 metros del paciente valorando las formas, letras y colores.
    • Fondo de ojo. El fondo de ojo se observa con el oftalmoscopio. En condiciones normales se observa la retina de color rojizo, destacándose en ella un disco algo ahuecado o papila, situada en el lado nasal, y punto de confluencia de los axones de las células gangliomares de la retina que van a formar el nervio óptico; muestra una coloración amarillo-anaranjada con bordes bien definidos, emergiendo en ella la arteria y la vena centrales de la retina. En el centro geométrico del fondo de ojo se aprecia una zona más oscura, la mácula, y en el centro de esta un punto rojo o fovea, encargada de la visión central y la visión de los colores. El examen de fondo de ojo del lactante presenta siempre papilas ópticas fisiológicamente más pálidas, grisáceas, y los bordes menos bienes definidos que en el niño mayor y adulto.
    • Campos visuales. La campimetría o determinación de los campos visuales o extensión lateral que alcanza la mirada, se explora por confrontación con la mirada del explorador, sentados, paciente y explorador frente a frente, desplazando el explorador un dedo lateralmente, desde la periferia, tanto de la parte temporal como nasal, hasta que el sujeto, que está con la mirada al frente, lo perciba.